Entonces... Ha pasado un año (o quizás menos) desde la compra del smartphone. Comenzaste a notar que el conector del cable comenzó a atascarse mal en el enchufe del teléfono inteligente. A veces lo pones a cargar... ¡Pero no se carga! Empiezas a mover este mismo conector... Oh!!! ¡¡¡Atrapó!!! ¡El cargador está encendido! Y así cada vez.